Camino del Ingeniero

  En siglo XIX los ingenieros de montes de la zona del Espinar construyeron una preciosa senda que discurre por la cara norte de la Sierra de Malagón, el Camino del Ingeniero. La cuota se mantiene de forma continua a lo largo de todo el trazado, contando con numerosos barrancos que convierten a esta ruta en muy técnica.

  La maña soleada nos anunciaba una agradable ruta por los parajes del Espinar. La idea de quedar en la plaza del Ayuntamiento sin duda fue lo mejor. El pueblo estaba en fiesta y los sitios donde poder desayunar eran escasos. Preguntamos y todos acabamos en la churrería del pueblo devorando aquellas contundentes porras.
  La ruta comenzaba en una senda que se encontraba a 3 KM del Espinar. Cogimos nuestros coches y nos dirigimos al aparcamiento desde el cual iniciaríamos nuestra caminata. La carretera hasta el lugar de inicio de ruta no estaba nada pero nada mal.
   Nos pusimos en marcha de inmediato el día parecía caluroso y teníamos que empezar a caminar cuanto antes. Eso si, la foto de inicio de ruta no se hizo esperar.

El camino estaba muy bien señalizado y lo primero que nos encontramos fue una fuente, no un chorro de agua si no eso una fuente como dios manda. Quiero comentar que esta se encontraba a 200 m de la salida y que por supuesto nos hicimos alguna que otra foto.
  Realizamos más de una parada para juntar el grupo y permanecer lo más unidos posibles en aquel punto apreciamos que seguiríamos subiendo pero las zetas del camino nos ayudarían en la subida.



 
 La Peña La Casa (cota 1493 m) nos esperaba al finalizar el zigzag del camino. Momento para retomar fuerzas y sacar alguna que otra foto.

Majada del Brazo (cota 1555 m), un lugar con preciosa vistas. Sin previo aviso nos encontrábamos en la senda del Ingeniero. Los pinos y la sombra escoltaba nuestros pasos y el sol seguía calentando lo suyo. Las bromas sobre pequeñas nubes se sucedieron.
Descendimos al arroyo, que estaba casi seco y nos topamos con unos ciclista, menudo infierno estaban pasando. Cuestas con piedras, ascensos subidos en las bicicletas casi imposibles.


Llegamos a mojos de las tres provincias. En ese justo momento de las fotos en aquel paraje la lluvias hizo su presencia. Ahora sí que sí la tormenta estaba sobre nosotros.




 Avanzamos hasta ponernos a salvo bajo un pino. Tal era la cantidad de agua que caía que decidimos parar unos minutos para ver si aquello finalizaba. Cuando sentimos que debajo de aquel árbol no hacíamos ya nada reanudamos la marcha pero hacia donde avanzar. Tras unos minutos de dudas tomamos la decisión de regresar por donde habíamos venido. Conocíamos el sendero.
Avanzamos rápidamente bajo el aguacero que por momentos parecía aumentar en cantidad. El bosque nos protegió y en unos minutos la calma llego y el cielo nos ofreció una tregua. Momento ideal para preparar el campamento para comer.
Iniciamos la marcha y sin previo aviso la tormenta volvió a ofrecernos un concierto de lluvia y granizo. Avanzamos velozmente bajo aquel aguacero. Aunque nosotros al mal tiempo, siempre ponemos buena cara.
Llegamos a los coches, guardamos el equipo, nos cambiamos la ropa mojada y nos fuimos al punto de quedada. El Espinar nos esperaba. Las fiestas estaban con las competiciones. Acabamos en la churrería celebrando el final de ruta.