LA CANTINA A COTOS.

El calor del verano no nos da tregua y ahora no es el momento de ascender grandes montañas ni subir a cerros sin vegetación. La ruta que planeo Carlos era justo la que estábamos buscando, No era excesivamente larga, tenía muchas sombras y agua que se agradece en estos días de calor.
Un desayuno copioso de esos que hacen historia y todos al punto de partida el puente de la Cantina. Muchas son las rutas que hemos realizado desde este lugar pero eso es otra historia. Se pusieron en marcha, que precioso lugar. La foto de inicio de ruta no se hizo esperar...



Iniciaron la marcha cruzando un estrecho torno, que todos cruzaron sin problema. Los puntos amarillos situados en los troncos de los pinos señalizaron gran parte de este precioso camino de altos y hermosos pinos. 
 
               
Llegaron al primer arroyo donde la foto en la pasarela  no pudo faltar.El asfalto una vez más se cruzo en el camino de una de nuestras rutas pero no fue por mucho tiempo.
 
Cruzaron algún que otro Arroyo hasta que...

 Llegaron a la preciosa pradera Vaqueriza un lugar en el que la repoblación de pinos se esta llevando con mucha calma y cabeza. Aquel paraje era el menos protegido de pinos pero sus vistas era impresionantes.
 

Llegada a Cotos y... Bueno tocaba regresar, el paseo había sido una chulada.





Los caminos de regreso se convirtieron en un espectáculo de color proporcionado por un paisaje rico en bellos tonos que infundían al grupo alegría y compañerismo. Encontrar un sitio donde comer, un lugar donde refrescar los pies cansados o un lugar donde pararse a tomar unos segundos de descanso  fu una tarea fácil. Los arroyos y los parajes de abundante sombra y vegetación no faltaban en ningún instantes. Regresaron al punto de partida y... 
Ya podían decir aquella frase tan famosa.