FRESCOR DE VERANO.

Una semana más los chicos de Abantos y nunca mejor dicho, realizaron un preciosa ruta por los alrededores del Puerto de Navacerrada. Entenderéis cuando veáis las fotos y leíais mis siguientes lineas, mi comentario "nunca mejor dicho".
El calor y quien sabe cual otra disculpa pudieron poner hecho atrás a muchos compañeros de Abantos. Al final después de una semana de sí voy y no puedo, tres valientes son los culpables de que yo este escribiendo un nuevo articulo de una nueva ruta. Su foto de inicio de ruta, fue un preciosos selfie.
  

Iniciaron la marcha desde el Puerto de Navacerrada por la conocida pista del Escaparate, llegando hasta el alto del mismo nombre (1.969  m), en cuya cima se encuentra la estatua de la Virgen de las Nieves. 
  
Tenían que girar a la izquierda que era la Senda Herreros, y seguir las señales amarillas y blancas que les marcan la ruta correcta. Las vistas eran un espectáculo y nuestro pequeño grupo realizo más de una parada para contemplar los hermosos paisajes.
  
La zona que se encontraron era salvaje y abrupta descendieron con paciencia hasta el fondo del Hoyo de Terradillo, más conocida por Hoya o Cóncavo de Siete Picos. Una parada para tomar aire y contemplar los bellos parajes del lugar.
  
Llegados a una especie de mirador los chicos realizaron una nueva parada. Retomar fuerzas y contemplar ...
  

La cara sur de Siete Picos era una zona de dificultad técnica, pero nuestros chicos salvaron todos los obstáculos y retos.
  

  
Por aquel lugar estaban las "Rocas de Laín", donde podremos leer en la roca cincelada, una parte de la carta que Pedro Laín Entralgo escribió al poeta Luis Rosales en relación al Guadarrama. 
  

"Desde esta cima solitaria os miro
campos que nunca volveréis por mis ojos,
piedra de sol inmensa; eterno mundo,
y el ruiseñor tan débil que en su borde lo hechiza."

  
  
Llegaron a la pradera de Navarrulaque parada, alguna que otra foto y luego giraron a la derecha, la Carretera de la República que seguirían hasta el Puerto de Navafría. 
  



Regresaron por la senda de los Cospes y el Camino Schmidt. Un paseo sombrío donde encontraron agua, abundante vegetación... El regreso fue alegre y divertido. Ya tenían ganas de retornar al Puerto de Navacerrada.
¡RUTA CONSEGUIDA!