SOMOSIERRA

El invierno parece que nunca llegará a su final, la primavera está en boca de todos, pero el frío y la nieve sigue en nuestra vida.
Somosierra nos pareció un buen lugar para realizar la que seguramente será nuestra penúltima ruta con nieve de este Invierno infinito y en la que disfrutaremos de su impresionante cascada, que eso ya es algo para ver en esta estación , la primavera que parece que nunca llega.
De los dos bares que encontramos en el pueblo de Somosierra , el Café y Brasa fue el lugar elegido para tomar fuerzas para la ruta. Un buen desayuno y ya todos dispuestos para iniciar el camino.
En aquel lugar decidimos cual seria la ruta a seguir, al final de ruta supimos que habíamos acertado.
Iniciamos nuestro marcha en dirección a Pico de la Cebollera el camino sería largo y duro. Esperábamos nieve, altitud, el largo invierno...
  

  
 El grupo como siempre inicio la marcha feliz. Ante nosotros teníamos una vez más un reto divertido, bonito y emocionante. El camino era amplio, estaba bien y en sus comienzos no parecía muy complicado. 
  

  

Como nos imaginamos la nieve apareció en nuestro camino.Como muchas rutas anteriores para nosotros eso no era un problema, todo lo contrario. Nos divertimos durante unos minutos.
  

  


El paisaje se cubrió de nieve y el camino empezó a ser una imagen navideña perfecta. El grupo disfrutaba de lo lindo, pero llego el momento de ascender técnicamente. En pocas palabras, tocaba una subida dura.
  



  

  
El sendero no estaba muy claro, pero se localizó. El guía junto al grupo de sabios"Ja, ja" encontró el sendero que nos llevaría a otro más claro.

  

  


  



  
El camino al que llegamos nos llevaría a la cima Peña Cebollera Vieja o Tres Provincias. En una parada el grupo dudo pero al final caminamos en dirección a la cima y en pocos minutos a pesar de la pesadez del andar por la nieve, llegamos a nuestro objetivo.








  

  


  
Llegamos a la cima que estaba cubierta de nieve. El paisaje era invernal, parecía que estábamos en algún país Nórdico. Todos  queríamos tener una foto de aquel precioso lugar.

  

  


Aquel lugar fue el elegido para realizar la parada para comer. Nos acomodamos donde pudimos y saboreamos nuestras comidas.

  

Descendimos por un inclinado camino que estaba tapado por una capa de nieve. Fue divertido descender con tanta nieve, a la vez que un poco peligroso. 
Cuando llegamos a la parte baja, giramos la cabeza para contemplar la senda. En un muy poco tiempo nos habíamos quitado mucho camino.
La nieve a medida que fuimos descendiendo fue desapareciendo y nuestros pasos comenzaron a ser más rápidos. La senda serpenteante nos estaba llevando hasta otro lugar de bellas vistas. 
Llegamos al río Duratón y surgió un pequeño problema, este estaba desbordado y solo teníamos dos opciones, buscar otro paso o cruzarlo descalzos.
Buscamos una senda nueva pero... 
  

  



  

  

Llegamos a la chorrera de los Litueros, su belleza era inusual. Todos nos quedamos sorprendidos de la fuerza del agua y su cantidad. Como siempre fue el momento de realizar una gran tanda de fotos. Todos queríamos tener una instantánea del lugar.

Dejamos la cascada atrás ahora tocaba llegar a nuestro destino inicial, Somosierra pueblo. El destino nos deparo una nueva anécdota - aventura. Nos topamos con el río Duratón nuevamente, teníamos nuevamente que elegir pero...
  
Llegamos al pueblo y una vez más celebramos nuestro final de ruta en familia. Ahora si podíamos decir aquello de...
¡RUTA CONSEGUIDA!